ESCUELA

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miércoles, 28 de septiembre de 2011

FRASES SOBRE LA PAZ

Paz

Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes.
 
Isaac Newton (1642-1727) Matemático y físico británico.
No hay camino para la paz, la paz es el camino.
 
Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.
Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz.
 
Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense.
La paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad.
 
Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la iglesia católica.
La paz comienza con una sonrisa.
 
Madre Teresa de Calcuta (1910-1997) Misionera de origen albanés naturalizada india
No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla.
 
Eleanor Roosevelt (1884-1962) Defensora de los derechos sociales, diplomática y
Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad , verdad, justicia, y solidaridad.
 
Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la iglesia católica.
Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz.
 
Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.
Todos quieren la paz, y para asegurarla, fabrican más armas que nunca.
 
Antonio Mingote (1919-?) Dibujante y humorista español.
El mantenimiento de la paz comienza con la autosatisfacción de cada individuo.
 


LAS FLECHAS DEL GUERRERO

De todos los guerreros al servicio del malvado Morlán, Jero era el más fiero, y el más cruel. Sus ojos descubrían hasta los enemigos más cautos, y su arco y sus flechas se encargaban de ejecutarlos.
Cierto día, saqueando un gran palacio, el guerrero encontró unas flechas rápidas y brillantes que habían pertenecido a la princesa del lugar, y no dudó en guardarlas para alguna ocasión especial.
En cuanto aquellas flechas se unieron al resto de armas de Jero, y conocieron su terrible crueldad, protestaron y se lamentaron amargamente. Ellas, acostumbradas a los juegos de la princesa, no estaban dispuestas a matar a nadie.
¡No hay nada que hacer! - dijeron las demás flechas -. Os tocará asesinar a algún pobre viajero, herir de muerte a un caballo o cualquier otra cosa, pero ni soñéis con volver a vuestra antigua vida...
Algo se nos ocurrirá- respondieron las recién llegadas.
Pero el arquero jamás se separaba de su arco y sus flechas, y éstas pudieron conocer de cerca la terrorífica vida de Jero. Tanto viajaron a su lado, que descubrieron la tristeza y la desgana en los ojos del guerrero, hasta comprender que aquel despiadado luchador jamás había visto otra cosa.
Pasado el tiempo, el arquero recibió la misión de acabar con la hija del rey, y Jero pensó que aquella ocasión bien merecía gastar una de sus flechas. Se preparó como siempre: oculto entre las matas, sus ojos fijos en la víctima, el arco tenso, la flecha a punto, esperar el momento justo y .. ¡soltar!
Pero la flecha no atravesó el corazón de la bella joven. En su lugar, hizo un extraño, lento y majestuoso vuelo, y fue a clavarse junto a unos lirios de increíble belleza. Jero, extrañado, se acercó y recogió la atontada flecha. Pero al hacerlo, no pudo dejar de ver la delicadísima y bella flor, y sintió que nunca antes había visto nada tan hermoso...
Unos minutos después, volvía a mirar a su víctima, a cargar una nueva flecha y a tensar el arco. Pero nuevamente erró el tiro, y tras otro extraño vuelo, la flecha brillante fue a parar a un árbol, justo en un punto desde el que Jero pudo escuchar los más frescos y alegres cantos de un grupo de pajarillos...
Y así, una tras otra, las brillantes flechas fallaron sus tiros para ir mostrando al guerrero los pequeños detalles que llenan de belleza el mundo. Flecha a flecha, sus ojos y su mente de cazador se fueron transformando, hasta que la última flecha fue a parar a sólo unos metros de distancia de la joven, desde donde Jero pudo observar su belleza, la misma que él mismo estaba a punto de destruir.
Entonces el guerrero despertó de su pesadilla de muerte y destrucción, deseoso de cambiarla por un sueño de belleza y armonía. Y después de acabar con las maldades de Morlán, abandonó para siempre su vida de asesino y dedicó todo su esfuerzo a proteger la vida y todo cuanto merece la pena.

DIA INTERNACIONAL DE LA PAZ

21 DE SEPTIEMBRE

El Día Internacional de la Paz fue proclamado en 1981 en la resolución 36/67 de la Asamblea General de las Naciones Unidas para que coincidiera con la apertura del período de sesiones de la Asamblea, el tercer martes de septiembre de cada año.
La primera observancia del Día de la Paz tuvo lugar en septiembre de 1982. En 2001, la Asamblea General aprobó por unanimidad la resolución 55/282 , por la que declaró que el 21 de septiembre sería un día anual de cesación del fuego y de no violencia.
Las Naciones Unidas invitan a todas las naciones y a todos los pueblos a respetar ese Día la cesación de hostilidades y a observar también el Día con actividades de educación y concienciación del público respecto de asuntos relacionados con la paz.